Durante estos días escuchamos varios lamentos, quejas y protestas por haber perdido la final de la Copa Davis, cuando todo parecía indicar, al menos en la teoría, que la esquiva ensaladera ya era nuestra. Que Nalbandian se llevaba mal con Del Potro, que Mancini no sabía conducir, que Acasuso no tendría que haber jugado el domingo, etc,etc. Las tradicionales lecturas que surgen cuando se pierde, aunque en este caso bastante justificadas por la sencilla razón de que se tenía todo para ganar y se perdió. Y en líneas generales, el denominador común que explica la derrota en la Davis es que faltó organización, coordinación, espíritu de equipo. De nada sirve que cada uno de nosotros se convierta repentinamente en verdugo, pero sí vale trazar una lectura crítica de lo ocurrido, al menos para procurar que no suceda otra vez.En verdad, esta situación que involucra al equipo argentino de Copa Davis es común verla en muchos órdenes del quehacer nacional, como por ejemplo en el combate contra el delito. Que le tocaba a la Federal, que le tocaba a la Bonaerense, que le correspondía al Juez Mengano, que tenía que actuar el Juez Sultano, bla,bla,bla…cuando te querés acordar el chorro ya está en Tanzania. Sea por desinteligencias, por internas o por celos profesionales, la cuestión es que estos desacoples ya son casi un ¨clásico¨. Y en el marco de esta falta de coordinación de las fuerzas de seguridad y de los representantes de la Justicia, surgen por estos días no pocas preguntas, sobre todo al calor de la ¨efedrinización¨ en que parece haber caído el país tras el triple crimen de General Rodríguez. Por ejemplo, ¿como puede ser que la Sedronar otorgue en tiempo record, a personas sin la más mínima idoneidad profesional, el permiso para importar y exportar sustancias químicas?Hasta hace unos días, Hernán De Carli, dueño de la mansión en la que, se sospecha, podrían haber estado Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina antes de ser asesinados, era pocos menos que el ¨cerebro¨ del negocio de la efedrina en el país. Ahora está libre por falta de mérito. Todo bien rápido.Como es sabido, recientemente fue detenido Mario Segovia, un rosarino a quien acusan de enviar algo más de 8.000 kilos de efedrina a México desde el año 2006, además de estar sindicado como el mayor proveedor no sólo de esta sustancia sino también de otras drogas prohibidas, a los carteles mexicanos. ¿Puede ser que sólo Segovia sea el artífice de esto, sin contar con aceitados contactos en organismos autorizantes, controles aduaneros y demás? ¿Será que el negocio de la efedrina es unipersonal? ¿Tendrá razón o no Eugenio Zaffaroni cuando habla acerca de la necesaria anuencia de instancias oficiales que tiene que haber para que el tráfico de la efedrina prospere?Por otra parte, ¿cuantos Rolls Royce, camionetas Hummer, que por cierto están prohibidas, o vehículos Dodge con patente norteamericana puede haber en Rosario o en General Rodríguez como para que nadie note nada?¿ Tan común es esto?Y la pregunta del millón ¿Se hubiese descubierto todo lo que se descubrió sino asesinaban a Forza, Ferrón y Bina? Mmhhh….Ahora parece ser que la atención está centrada en Segovia, quien también usaba el nombre de Héctor Germán Benítez. Segovia fue arrestado el domingo 23 de Noviembre por personal de la SIDE, de la Policía Federal y de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. En realidad, la SIDE, a través de un trabajo de investigación detallado y profundo, ya lo tenía en la mira desde hace un par de años, por el envío de una sustancia altamente tóxica a nombre de un preso. Y así como decíamos que es casi un ¨clásico¨ la descoordinación entre las fuerzas de seguridad, crítica que a su vez vale para las actuaciones judiciales, también lo es el hecho de tener que recurrir a la SIDE, no porque esté mal, ya que este organismo es un auxiliar de la Justicia, sino porque muchas veces se apela a esta Secretaría en el último momento, cuando ya la cosa está a punto de desmadrarse. Y obviamente, cuando uno lee después algún artículo en los diarios sobre tal o cual descubrimiento delictivo, aparecen como protagonistas, la SIDE, la Federal, la Bonaerense, la Gendarmería, la Prefectura, los Bomberos y hasta los ¨boy scouts¨ de Don Bosco, cuando en realidad fue el organismo de inteligencia el que tuvo que hacer el trabajo duro, y muchas veces, ¨correctivo¨. Esto no suele saberse, ya que, por su naturaleza secreta, la SIDE no da conferencias de prensa, no saca comunicados, sus agentes no brindan entrevistas, etc. Trabaja en silencio. Y obviamente se ¨come los garrones¨ también en silencio. ¿Que más fácil que pegarle a la SIDE, sabiendo que no te va a poder responder? Y cuando en alguna investigación coyuntural toma parte la SIDE, debe hablarse de ¨esta SIDE¨, de la actual, que nada tiene que ver con la que coimeó a un grupete de Senadores a cambio de una ley o con aquella que se encargó de ¨desinvestigar¨ el caso AMIA.Cuando asumió Néstor Kirchner, sabía que tenía que hacer algo distinto a lo que se había hecho hasta ese entonces. Lo hizo. La Presidente Cristina Fernández ahora lo continúa. Y no sólo a fuerza gestual, como tantas veces se dice. ¿O alguien cree en verdad que los Kirchner se mantienen en el poder sólo porque ordenaron sacar los cuadritos de los represores del Colegio Militar? ¿Y la baja de la desocupación? ¿Y el superávit fiscal? ¿Y las recomposiciones salariales? ¿Eso también es gestual? Evidentemente hay algo más que gestos. Acción presidencial, renovada acción presidencial. Y recordemos que la SIDE es un organismo que depende directamente de la Presidencia de la Nación y se recurre al mismo cuando desde las más altas esferas se requiere conocer la verdad no contaminada de un hecho o para dilucidar lo que a otros organismos les cuesta, o simplemente no pueden hacer.
La paranoia de Hector Alderete de SEPRIN, ya no tiene limites. Ahora asegura que personal de la Secretaria de Inteligencia lleva a cabo practicas por esa denominada "religion" Umbanda:
